Viviendo en Barcelona, estos días, se nota mucha inquietud y a veces diría que casi miedo. O al menos así es en mi círculo. Nerviosismo ante lo que pueda pasar, que parece que va a terminar con una Declaración Unilateral de Independencia (DUI) el próximo lunes, con las consecuencias que esto pueda traer, o bien con la supresión de la autonomía de Catalunya, y siento repetirme, con las consecuencias que esto podría tener.
Siento también que ayer el rey perdió una ocasión de oro para facilitar el entendimiento entre las partes, para que estas acercaran posturas. Pienso que el discurso podría haber sido muy distinto, con tres puntos que entiendo razonables:
- Defender que en España hay que actuar conforme a la ley. Más allá de los matices que yo añadiría, creo que es normal y lógico que un Jefe de Estado defienda esta postura.
- Señalar que en un país democrático, el uso de la violencia nunca puede ser un instrumento en política, y que la desproporción del domingo no debería haber tenido lugar jamás.
- Invitar al Gobierno y al Govern a sentarse a negociar, a abrirse al diálogo para frenar un conflicto que no beneficia a ninguna de las partes.
Sin entrar a valorar quién ha tenido más y menos culpa, creo que era, dentro de esta situación tan complicada, un discurso bastante sencillo. Una pena, bajo mi punto de vista, que haya preferido contentar a sus partidarios que arriesgarse y conseguir, cuanto menos, la simpatía de alguno de sus detractores. Una pena echar más leña al fuego que intentar apagarlo.
Espero que intervenga alguien externo y nos ayude a mediar en el conflicto, ya que Felipe se ha mostrado incapaz. La UE, el Papa...no sé, alguien. Ojalá. Si yo pudiera, los sentaría juntos en una mesa, tomaríamos una tapa de pulpo a la gallega y un poquito de pa amb tomaca, y les diría:
Carles, Mariano, olvidad la DUI y el 155. Los dos, por favor, escuchadme bien: vais a perder votantes, pero vais a evitar el lío en el que os habéis metido. Referéndum pactado, que voten todos los catalanes. Sí o no. Que decidan entre todos qué quieren hacer. Sí, Carles, a ti te preguntarán que por qué tanto esfuerzo el pasado domingo, para nada, que por qué se han jugado la cara para esto. Sí, Mariano, a ti te dirán que te has bajado los pantalones, y que al final has cedido al chantaje del pueblo catalán.
Sí, los dos perdéis para que todos salgamos ganando. Pero como gobernantes electos que sois, debéis velar por lo mejor para vuestra nación, y desde luego que continuar avivando el fuego y generando crispación, no es bueno para vuestro pueblo.
Nunca es tarde. Parleu, carallo!