jueves, 16 de abril de 2015

El día de Santa Faz

A muchos quizá les dé igual, otros seguramente pensarán que exagero (y quizá tengan razón), pero el espectáculo en el que se ha convertido el día de Santa Faz en Alicante a mí me produce mucha tristeza.

Recuerdo con mucho cariño cuando siendo un niño, hacía el camino con mis padres y mis amigos de San Juan. Era un trayecto corto, pues no hacíamos la romería desde Alicante, pero ¡qué bien lo pasábamos! Jugábamos con cualquier cosa que encontrábamos por el camino (palos, piedras) o que llevábamos nosotros desde casa. Después, mientras la mayoría de los mayores trataba de entrar a la iglesia (el resto se quedaba a cuidar de nosotros), aprovechábamos para visitar los puestos de comida, chuches, juguetes, pulseras (¡ay!, las pulseras de hilo con nuestro nombre grabado que nos comprábamos todos los años...). También subíamos al Mono-Loco (los más atrevidos), jugábamos en un Scalextric que había allí y más tarde, con nuestros padres al completo, jugábamos juntos al fútbol en un campo de tierra que hay (o había) allí. Y después, nos esperaban los bocadillos de tortilla de patata...Con el paso de los años, evidentemente estas costumbres cambiaron, pero el centro neurálgico de la romería nunca fue el alcohol, sino pasar un tiempo juntos, hablar, reírnos de todo y todos...

Hoy, he salido de casa alrededor de las diez menos cuarto de la mañana y me he encontrado con niños (porque eso es lo que son) bebiendo alcohol y conduciendo un carrito de un hipermercado cualquiera lleno también de botellas de alcohol además de sus mochilas (en las que supongo que tendrán algo de protector solar y bien comida o dinero para comer después). En eso es en lo que se ha convertido para la mayoría de adolescentes y pre-adolescentes la Santa Faz. En una excusa más para hacer un macrobotellón, porque la mayoría, por supuesto, ya iban dirección a la playa. Vamos, que ni se habían acercado al lugar de peregrinación.

Me pregunto qué es lo que estamos haciendo mal para que chavales con esa edad vean cualquier celebración multitudinaria como una excusa no para beber, que con moderación no supone un problema, sino para emborracharse, para abusar del alcohol. Si ya se cogen cogorzas con 13 añitos, ¿qué necesitarán hacer para "divertirse" cuando tengan 18 años? Y ya que hablamos de diversión, ¿de verdad no hay otra manera de pasarlo bien? Bajo mi punto de vista no es más que una búsqueda de evadirse de la realidad. De alguna manera, o bien les falta estabilidad en casa, sentirse amados, sentir que son importantes para alguien, o bien están sobreprotegidos, tienen de todo (más de lo que necesitan) y buscan nuevos estímulos.

En definitiva, entre todos, tenemos que tratar de detectar el problema y encontrar una solución, porque desde luego lo que aquí sucede hoy no es un caso aislado, y el camino que a muchos les espera no es muy halagüeño. Y es que en un par de horas comenzará el baile de ambulancias transportando los primeros comas etílicos. 

jueves, 9 de abril de 2015

Nos tratan de convencer

Nos tratan de convencer
de que nada es para siempre,
que todo tiene su principio y su final,
que todo lo que empieza, acaba
y que todo lo que acaba 
es que nunca llegó a empezar.

Nos tratan de convencer,
que el amor no es para siempre,
que el amor viene y va
y se pierde en el olvido,
como si fuera un sueño
que solo puedes soñar dormido.

Nos tratan de convencer
de que probar muchas mujeres,
es la única forma de sentirse vivo,
pero para mí la vida
es cuando estoy contigo.

Nos tratan de convencer...
pero nadie nos ha visto
sin principios y sin finales,
sin idas ni venidas,
sin infidelidades ni mentiras.

Nos tratan de convencer…
pero nadie nos ha visto,
buscándonos bajo la luz de la luna
y sonriendo ante la tempestad,
y haciendo del amor
nuestro principio y nuestro final.

Sergio de Sa

viernes, 3 de abril de 2015

Gràcies, iaia


Hui parlaré de la meua iaia. I ho faré en la llengua que ella va aprendre primer, eixa llengua en la qual li parlava quan la veia a Xixona, a la residència on va passar els últims mesos de vida. Semblava que quan escoltava algú parlant en valencià viatjava a la infantesa i somreia.

En tinc tants, de records amb ella. Mai oblidaré els dies que vam passar junts veient "los negritos" com ella els cridava (en realitat, la sèrie es deia Cosas de casa), Mazinguer Z (els meus dibuixos favorits), l'Arguiñano en TVE o el programa Sabor a ti, que tant li agradava. També recorde quan em deia "Si alguien te molesta, tú dile que se vaya a volar el catxerulo".

No podré oblidar els estius que vaig viure amb ella, quan els meus pares havien de treballar i em portava tots els matins a desdejunar xurros amb xocolata. I com em deixava jugar amb les seues agulles de cosir...I el dinar, el sopar o el berenar? Quins entrepans!

És un goig molt gran haver pogut gaudir de la meua iaia, i també saber que ella va gaudir molt amb mi. Per tot allò que he experimentat i per tot allò que sé, ha sigut un exemple de generositat i de dedicació. Mai va demanar cap cosa. Mai s'ha oblidat d'atendre ningú, i sempre ha posat per davant els seus éssers estimats.

La darrera vegada que la vaig veure va "ballar" amb una cançó de Lola Flores, vaig emplenar-la a petons i com que ja no pronunciava paraula, em va dir "t'estime" agafant-me la mà i fent-m'hi un petó. 

I ara, encara que la seua pèrdua em dol, com és normal, estic content per dues coses: la primera és que ja no sofrirà més; la segona, que per fi s'ha retrobat amb el seu estimat, el meu iaio, a qui jo no vaig conèixer però de qui em va parlar moltíssim, sempre entre llàgrimes. 

Iaia, quina alegria saber que ja esteu junts, com en aquesta fotografia:


Pel que fa a mi, tractaré de seguir el teu llegat: amar, amar, amar, i després, amar.

T'estime moltíssim.