La novela, escrita en los
años 40, crea un futuro
distópico, ambientado en el futuro Londres
de 1984. En ese tiempo venidero, el mundo está dividido en tres
grandes
supernaciones:
Eurasia, Oceanía y Asia Oriental. Londres pertenece a Oceanía, que
se encuentra gobernada por el Gran Hermano a través del Partido, que
se organiza a su vez en Partido Interior y Exterior. Nuestro
protagonista, Winston Smith, forma parte del Partido Exterior,
trabajando para el Ministerio de la Verdad. Su tarea consiste en
reescribir la historia.
Smith,
en primera persona, describe con detalle la futura
sociedad londinense: la vídeovigilancia, los estrictos horarios de
trabajo, el control sobre el tiempo de ocio, el toque de queda, la
prohibición de reuniones multitudinarias
(de más de dos personas), la lobotomización desde la cuna a través
de la educación, el control de la historia (del que es partícipe el
propio Winston) y un largo etcétera de acciones que, junto con el
miedo provocado por un estado de guerra continuo, someten al pueblo a
la voluntad del Partido.
Winston
se pregunta en numerosas ocasiones si él es el único que se da
cuenta de lo que sucede realmente, si es el único consciente de la
manipulación a la que el gobierno somete al pueblo. En momentos
puntuales también se cuestiona si el problema real es que está
perdiendo la cordura, si todo son imaginaciones suyas. Pero no. Él
sabe que todo es real. Ha tenido pruebas en sus manos. Sus esperanzas
de conseguir un cambio pasan por la Hermandad,
una sociedad secreta que opera en la sombra a las órdenes del
enemigo público número uno del Gran Hermano, Emmanuel Goldstein.
Pero ¿existe realmente esta sociedad secreta? ¿Y Goldstein? ¿Y el
Gran Hermano? ¿O quizá son solo simbolismos?
Otros
personajes importantes, como Julia y O'Brien, miembro éste último
del Partido Interior y, por tanto, más cercano a la cúpula
dirigente, nos conducirán, junto con Winston, por todos los
orificios del sistema y por los entresijos del entramado político
imperante en ese, por entonces lejano, 1984. Los lemas del partido,
LA
GUERRA ES LA PAZ
LA
LIBERTAD ES LA ESCLAVITUD
LA
IGNORANCIA ES LA FUERZA
también
quedarán al descubierto.
Con
constantes
referencias y críticas a los sistemas totalitarios que
reinaban en los años 40, Orwell diseña una obra maestra digna de
ser el libro de cabecera de cualquier animal político.
Bien pensado, si la posibilidad de conseguir una más que deseable situación utópica no consigue movilizarnos, quizá un horrible futuro distópico, nos impulse a cambiar las cosas, o al menos, a querer cambiarlas. Aunque quizá la pregunta sea, realmente, si no llevamos ya demasiado tiempo viviendo el futuro descrito brillantemente por Orwell.