Hace poco más de un año del viaje de fin de carrera, y revivir todas aquellas inolvidables experiencias con palabras lo desmerecería. Por eso, para que todos los que fuimos partícipes del crucero podamos experimentar de nuevo todo aquello, se me ha ocurrido compartir con vosotros las canciones que más escuchamos allí. La música nos llevará de la mano por el barco, veremos actuar a Marina y Rubén, saborearemos el vino blanco, bailaremos con nuestra galletita...Mediante la música haremos un viaje (a coste cero, casi más de lo que nos podemos permitir) en el espacio y en el tiempo. ¡Que lo disfrutéis!
Un espacio creado para pensar, reflexionar y compartir. Poneos cómodos, ¡y a debatir!
sábado, 29 de marzo de 2014
sábado, 22 de marzo de 2014
Que nadie silencie tu voz, de Sergio de Sa
Que nadie silencie tu voz;
No permitas que nadie
ahogue las palabras
en tus labios
antes de ser pronunciadas,
si crees que son las correctas,
si crees que son acertadas.
Que nadie silencie tu voz;
Nunca permanezcas
en tus labios
antes de ser pronunciadas,
si crees que son las correctas,
si crees que son acertadas.
Que nadie silencie tu voz;
Nunca permanezcas
callado ante la injusticia,
alza tu voz, lucha,
y no te des por vencido,
quizás sea la única manera
de sentirse vivo.
Que nadie silencie tu voz;
Jamás cedas ante la opresión,
ni ante esas voces envidiosas
que siempre te dirán No,
lucha por tus ideales hasta el final,
alza tu voz, lucha,
y no te des por vencido,
quizás sea la única manera
de sentirse vivo.
Que nadie silencie tu voz;
Jamás cedas ante la opresión,
ni ante esas voces envidiosas
que siempre te dirán No,
lucha por tus ideales hasta el final,
no permitas que nada ni nadie
te los pueda arrebatar.
Que nadie silencie tu voz;
No permitas que el miedo
se apodere de ti,
ni que nadie silencie tus palabras
por temor,
y más si lo que vas a decir,
es la voz del corazón.
“Que nadie silencie tu voz;
Y más si esa voz….
es la voz del corazón”
te los pueda arrebatar.
Que nadie silencie tu voz;
No permitas que el miedo
se apodere de ti,
ni que nadie silencie tus palabras
por temor,
y más si lo que vas a decir,
es la voz del corazón.
“Que nadie silencie tu voz;
Y más si esa voz….
es la voz del corazón”
sábado, 15 de marzo de 2014
Dale al coco
La gente tiene miedo de enfrentarse a sí misma, de hacer un análisis a fondo de su alma, de sus pensamientos y actos, de si sus actuaciones les perjudican a ellos mismos e incluso a los demás...La mayoría de personas no dedica un momento a hacer una introspección, algo que sería una buena costumbre hacer cada día.
¿Por qué tenemos miedo? No lo sé, pero estoy seguro de éste es el motivo por el que simplemente nos movemos, mecánicamente, como robots. Recibimos una orden y la ejecutamos, como autómatas. Y no me refiero al tipo de orden que te da tu jefe, no, sino al tipo de orden que asimilamos a través de los medios de comunicación. Unas ideas, una forma de pensar, que escondidas detrás de titulares rimbombantes van haciendo mella, se van colando en nuestra mente, y asumimos como ciertas.
Esto es así, no hagas esto, aquél está loco, no puedes hacerlo, hacer esto está bien, no vas a conseguir nada, déjate llevar, necesitas esto: cómpralo, así es como tienes que pensar...En fin, podríamos hacer una lista muy larga de mensajes que emiten constantemente y de los que nos vamos apropiando, ¡¡¡los hacemos nuestros!!!
Párate a pensar qué haces y por qué lo haces, si lo que estás haciendo te hace bien o mal. Piensa quién puede haber detrás de cada mensaje. Qué intereses se esconden detrás de todos ellos. ¿Por qué piensas como piensas? ¿Tú opinas así o alguien ha hecho que opines así? Oye, que en la tele dicen que esto. Busca tus fuentes, infórmate, no des nada por sentado.
Aquéllos que no miran por ti, son los más interesados en hacer que no le des vueltas a las cosas, que no reflexiones. Si no ejercitas tu mente, eres más fácil de manejar. En definitiva, mi consejo de hoy es este: dale al coco.
sábado, 8 de marzo de 2014
Era un niño que soñaba, de Antonio Machado
Era un niño que soñaba
un caballo de cartón.
Abrió los ojos el niño
y el caballito no vio.
Con un caballito blanco
el niño volvió a soñar;
y por la crin lo cogía...
¡Ahora no te escaparás!
Apenas lo hubo cogido,
el niño se despertó.
Tenía el puño cerrado.
¡El caballito voló!
Quedóse el niño muy serio
pensando que no es verdad
un caballito soñado.
Y ya no volvió a soñar.
Pero el niño se hizo mozo
y el mozo tuvo un amor,
y a su amada le decía:
¿Tú eres de verdad o no?
Cuando el mozo se hizo viejo
pensaba: Todo es soñar,
el caballito soñado
y el caballo de verdad.
Y cuando vino la muerte,
el viejo a su corazón
preguntaba: ¿Tú eres sueño?
¡Quién sabe si despertó!
Antonio Machado
sábado, 1 de marzo de 2014
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