jueves, 31 de marzo de 2016

Loving can hurt, but...


Photograph

Loving can hurt

Loving can hurt sometimes
But it's the only thing
That I know

And when it gets hard
You know it can get hard sometimes
It is the only thing that makes us feel alive

We keep this love in a photograph
We made these memories for ourselves
Where our eyes are never closing
Hearts are never broken
And times are forever frozen still

So you can keep me
Inside the pocket
Of your ripped jeans
Holdin' me closer
Til our eyes meet
You won't ever be alone
Wait for me to come home

Loving can heal
Loving can mend your soul
And is the only thing
That I know (know)

I swear it will get easier
Remember that with every piece of ya
And it's the only thing we take with us when we die

We keep this love in a photograph
We make these memories for ourselves
Where our eyes are never closing
Our hearts were never broken
And times forever frozen still

So you can keep me
Inside the pocket
Of your ripped jeans
Holdin' me closer
Til our eyes meet
You won't ever be alone

And if you hurt me
Well that's ok baby only words bleed
Inside these pages you just hold me
And I won't ever let you go

Wait for me to come home
Wait for me to come home
Wait for me to come home
Wait for me to come home

Oh you can fit me
Inside the necklace you got when you were 16
Next to your heartbeat
Where I should be
Keep it deep within your soul

And if you hurt me
Well that's ok baby only words bleed
Inside these pages you just hold me
And I won't ever let you go

When I'm away
I will remember how you kissed me
Under the lamppost
Back on 6th street
Hearing you whisper through the phone
Wait for me to come home.

EN CASTELLANO

Qué bonita es esta canción. Y qué bonito el sentimiento que evoca, que se puede manifestar de tantas formas diferentes. Aunque la canción habla más del amor de pareja, las otras expresiones del amor también se revelan. 

Cada vez que la escucho me acuerdo de muchas personas: mi pareja, mis padres, mis amigos, mis alumnos y acampados...y también, especialmente hoy, de mi iaia, ya que esta madrugada hará un año que nos dejó. 

Ay, si descubriéramos todos lo importante (y maravilloso) que es amar y sentir que nos aman. Gracias a todos los que me hacéis sentir querido y a los que os dejáis querer por mí. Gracias a los que me enseñasteis el camino y dejasteis una enorme huella en mí. Gracias a todos en los que pienso mientras escribo esta entrada, porque quereros, me duele, y eso es muy buena señal.

lunes, 21 de marzo de 2016

Ya hemos pasado a la Historia

Ya hemos pasado a la Historia. En el futuro, en un instituto o universidad cualquiera, analizarán este acuerdo en la asignatura de historia, y los estudiantes sentirán vergüenza ajena. 

Se preguntarán cómo es posible que en una sociedad "avanzada" (entrecomillo porque es evidente que en lo humano no lo es) se ha sido cómplice de la muerte de tantas personas inocentes que huían de una guerra. Cómo es posible que la Unión Europea, que firmó el Tratado de Ámsterdam, el cual recogía los principios de libertad, democracia y respeto a los derechos humanos, convirtiera éstos en papel mojado (concretamente los artículos 3, 5 y 14).

Es terriblemente triste lo que está sucediendo. Es dramático observar reacciones de pasividad y de complicidad, como si no pasara nada. Además, para aquellos que solo se preocupan por su ombligo, estamos generando el caldo de cultivo perfecto para el terrorismo (más miedo, más odio, más rencor...). Esta imagen lo resume todo:


miércoles, 16 de marzo de 2016

Lo más importante de la vida

Hoy voy a compartir con vosotros algunos extractos de uno de mis libros fetiche: Martes con mi viejo profesor, de Mitch Albom.

Es una historia real basada en las conversaciones que el autor mantiene con un antiguo profesor de Sociología de la Universidad donde estudió: Morrie Schwartz. Cuando se producen los diálogos narrados a lo largo del libro, el profesor se encuentra postrado en la cama, pues sufre una enfermedad terminal. 

Y es aquí donde el testimonio cobra doble valor, pues en una situación crítica distinguimos con más claridad las cosas verdaderamente importantes en la vida. Hablan sobre el amor, la vejez, la amistad, la familia, la muerte, el dinero...Lo que voy a compartir son unas pequeñas pinceladas, pero os animo a leerlo en cuanto podáis.

Ahora que estoy sufriendo, me siento más cerca que nunca de la gente que sufre. Vi el otro día en televisión a la gente de Bosnia que cruzaba la calle, les disparaban, los mataban, víctimas inocentes...y me eché a llorar. Siento su angustia como si fuera la mía propia. ¿Quieres que te diga qué estoy aprendiendo con esta enfermedad? Que lo más importante de la vida es aprender a dar amor y a dejarlo entrar.

¿Por qué te crees que es tan importante para mí oír los problemas de otras personas? ¿Acaso no tengo bastante dolor y sufrimiento propios? [en sus últimos años de vida recibía cartas de gente con problemas e intentaba ayudarles] Claro que los tengo, pero lo que me hace sentirme vivo es dar a los demás. No es mi coche ni mi casa. No es mi aspecto cuando me miro al espejo. Cuando doy mi tiempo, cuando puedo hacer sonreír a alguien que se sentía triste, me siento todo lo sano que puedo sentirme. Haz las cosas que te salen del corazón. Cuando las hagas, no estarás insatisfecho, no tendrás envidia, no desearás las cosas de otra persona. Por el contrario, lo que recibirás a cambio te abrumará.

Esta cultura no te anima a pensar en estas cosas hasta que estás a punto de morirte. Estamos absortos en asuntos egocéntricos: en nuestra carrera profesional, en tener dinero, en pagar la hipoteca, en comprarnos un coche nuevo, en arreglar el radiador cuando se rompe...Pequeños actos que solo sirven para salir adelante. No adquirimos la costumbre de contemplar nuestras vidas desde fuera y decirnos ¿esto es todo? ¿Es esto todo lo que quiero? ¿Me falta algo?

Cuando se despiden, Albom expresa su miedo a olvidarse de su querido profesor, de sus enseñanzas, de los momentos vividos juntos. Entonces, mantienen este corto pero emotivo diálogo:

-Mitch, ¿y todo lo que estamos hablando? ¿No oyes a veces mi voz cuando estás en casa? ¿En el avión? ¿En el coche?
-Sí.
-Entonces no me olvidarás cuando me haya ido. 

Mientras podamos amarnos los unos a los otros y recordar el sentimiento de amor que hemos tenido, podemos morirnos sin marcharnos del todo nunca. Todo el amor que has creado sigue allí. Todos los recuerdos siguen allí. Sigues viviendo en los corazones que has conmovido y que has nutrido mientras estabas aquí.

¿Tenemos los profesores el anhelo de la "eternidad", de perdurar por siempre en los alumnos en cuyas almas nos hemos hecho un hueco? Quizá. O quizá sea simplemente el deseo de conmover, de amar y dejarse amar por esos espíritus puros que ambicionan, por encima de todo, ser felices. ¡Como nosotros!