En una antología de fragmentos de Galdós en la editorial Rey Lear, titulada: "La fe nacional y otros escritos sobre España", en la página 69, aparece el siguiente texto, fechado en 1902:
"Los dos partidos que se han concordado para turnarse pacíficamente en el Poder son dos manadas de hombres que no aspiran a más que a pastar en el presupuesto. Carecen de ideales, ningún fin elevado los mueve; no mejorarán en lo más mínimo las condiciones de vida de esta infeliz raza, paupérrima y analfabeta. Pasarán unos tras otros dejando todo como hoy se halla, y llevarán a España a un estado de consunción que, de fijo, ha de acabar en muerte. No acometerán ni el problema religioso, ni el económico ni el educativo; no harán más que burocracia pura, caciquismo, estéril trabajo de recomendaciones, favores a los amigotes, legislar sin ninguna eficacia práctica, y adelante con los farolitos...
Si nada se puede esperar de las turbas monárquicas, tampoco debemos tener fe en la grey revolucionaria (...) No creo ni en los revolucionarios de nuevo cuño ni en los antediluvianos (...). La España que aspira a un cambio radical y violento de la política se está quedando, a mi entender, tan anémica como la otra. Han de pasar años, tal vez lustros, antes de que este Régimen, atacado de tuberculosis étnica, sea sustituido por otro que traiga nueva sangre y nuevos focos de lumbre mental".
Ha pasado más de un siglo y seguimos en las mismas. De cada uno de nosotros depende alimentar a la España de los dos partidos o a la España del cambio político. O nos quedamos como estamos (bien, mal o regular lo dejo a vuestro juicio) con una actitud conformista, o intentamos mejorar nuestra situación arrebatando el poder a quienes lo tienen ya desde hace demasiado tiempo, dejándonos llevar por el romanticismo.
Yo siempre he sido más de soñar. ¿Y tú?
Yo siempre he sido más de soñar. ¿Y tú?
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