viernes, 1 de noviembre de 2013

Mala suerte...

Pongámonos en situación. Yo soy el profesor de esa asignatura que tanto se os atragantó en el instituto. Y allí me veis, entrando con un dado en la mano. ¿Y este hombre qué quiere?

- Chicos, os voy a proponer un juego. Vamos a hacer lo siguiente: os vais a agrupar de 6 en 6 y os vais a ordenar alfabéticamente. Yo voy a tirar este dado una vez, y sin que veáis qué ha salido, tenéis que decirme qué numero creéis que ha salido. No vale repetir número, y en función de lo cerca o lo lejos que os quedéis, os pondré mejor o peor nota en el examen final. ¿Está claro?

Madre mía, se ha vuelto loco. A ver si tengo suerte y acierto...

Pasados unos minutos, el experimento ha concluido, y vosotros no habéis salido bien parados. Os ha tocado un 2 en la nota final. Independientemente de lo que hagáis. Por mucho que os esforcéis, el profesor os ha asegurado que no va a variar vuestra nota. No podéis cambiar esto. Tendréis un 2 y punto. Y mientras tanto, vuestro compañero de pupitre, se ha llevado el 10. No tiene que hacer nada. Entregue o no los deberes, tendrá un 10. Atienda o hable en clase, tendrá el 10. De hecho, no hace falta ni que venga a clase, que va a tener un 10.

- Pero profesor, ¡no es justo!
- ¿Qué no es justo?
- Que él vaya a tener un 10 sin hacer nada y yo un 2 aunque lo haga todo y todo lo haga perfecto.
- Él ha tenido más suerte, qué le vamos a hacer...

¿Qué pensaríais si esto os pasara a vosotros? ¿Qué le pasará por la cabeza al inmigrante al que le dicen “lo siento, no puedo atenderte, es que no tienes papeles”? ¿Acaso no somos todos seres humanos? ¿Valgo yo más por haber tenido la SUERTE de nacer en un país desarrollado, en una familia con recursos? 

Las fronteras no dejan de ser artificiales, un apaño del hombre para repartirse una porción del planeta, cuando éste nos pertenece a todos por igual. No debe haber distinción entre un ciudadano europeo, asiático o africano. Todos somos ciudadanos del mundo. No podemos negar a nadie la posibilidad de prosperar, de mejorar su calidad de vida.

¿Alguien piensa que vienen aquí por gusto? Abandonan a sus seres queridos para poder COMER. Y para dar de comer a las familias que dejan atrás.

Ayudemos a esta gente, por favor. Uno solo no puede, pero muchos 'unos' sí. Ni siquiera hace falta que les demos dinero, ropa o comida, que no estaría de más. De entrada, bastaría con que todos empezáramos a tratarles como personas y no como animales.




"Hoy he soñado que todo es mentira, que en el mundo no existía desigualdad y que los niños no mueren de sida, y que no existen primeros ni últimos por extranjeros...Y de repente desperté..."

¿Por qué no soñar despiertos?

2 comentarios:

  1. si todos o la gran mayoria pensará como tú...está sociedad ganaría mucho...

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  2. Perfecta! Por desgracia la gente no ve todavía más allá de sus narices, y hasta que no sientan algo de empatía por el que viene (aunque creo que hay bastante gente que la esta teniendo a la fuerza, porque sus hijos con carrera ya son emigrantes ,o inmigrantes, según se mire en países más prósperos que este), no se podrá cambiar esa mentalidad aposentada en los seres de muchos.

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